Nuestra tarea de estudiantes es un gran compromiso para ir realizando día a día. Ahora estamos preparando nuestro porvenir. Debemos cultivar atentamente los valores que cada día se
nos
propone: la dignidad
de la persona, el ser y sentirnos parte de una familia, la honestidad, la fidelidad al propio deber, la capacidad de colaboración,
la solidaridad...
Vivamos con entusiasmo nuestra juventud, abiertos a Dios.
Jesús en el evangelio de San Lucas:
Les contó esta parábola: “Un hombre tenía una
higuera plantada en su viña; fue a buscar higos en ella, y
no
los encontró. Dijo al viñador: Hace ya tres años que vengo a buscar higos en ella y no los encuentro.
Córtala. ¿Por qué va a ocupar un terreno inútilmente? El viñador dijo: Señor, déjala también este año; yo cavaré alrededor y
le echaré estiércol, a ver si da higos; si no los da, la
cortas” (Lc. 13, 6-9)
La parábola expresa la paciencia de Dios que sigue esperando que
volvamos la mirada hacia él. Un día más seguirá cuidando de nosotros, amándonos... y esperando nuestra respuesta de cada día.
Señor, somos conscientes de
que, vivir hoy en este mundo y en esta sociedad exige estar despiertos, vivir con intensidad el
día
a día, ser uno mismo y
tener criterios propios.
Ayúdanos, Señor: a tomar conciencia de nuestra responsabilidad de estudiantes.
Ayúdanos a tomar interés en nuestra formación humana y cristiana.
Ayúdanos a trabajar sin desaliento en la
construcción de nuestra persona.
Fortalece, Señor, sobre todo, nuestra voluntad.
Que a lo largo del curso que hemos empezado
nuestro esfuerzo y nuestra ilusión no decaigan Gracias, Señor,
porque estamos seguros de contar con tu ayuda de amigo.
nuestro esfuerzo y nuestra ilusión no decaigan Gracias, Señor,
porque estamos seguros de contar con tu ayuda de amigo.
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