Agradecemos a nuestros jóvenes que nos acompañaron a vivir la experiencia
de la Pascua, vivir y compartir la experiencia de la fe, y sentir la presencia
de ese Dios que no se olvida de nosotros, sino que nos recuerda con la
resurrección que ÉL siempre estará a nuestro lado; nos ayuda a vivir nuestra
vida cotidiana con entusiasmo y alegría…
Gracias, Jesús, por estos jóvenes que nos acompañaron y nos ayudaron a
experimentar la alegría de tu presencia en medio de ellos, gracias por tantos dones recibidos, por tanto Bien.
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