viernes, 8 de mayo de 2015

Tus ojos María



Son grandes, porque quedaron embelesados
por el anuncio del Angel
Están limpios, por las lágrimas de emoción
en el Nacimiento de Cristo
Son risueños, por la juventud y la hermosura
de Aquella que los lleva
Son inquietos, porque nunca se cansan de mirar al Hijo
Están sanos, porque siempre miraron
en la dirección adecuada
No tienen tensión, porque saben cerrarse
ante Aquel que es descanso
No tienen brizna alguna,
porque Dios los cuida con amor de Padre
No están ciegos porque, al pie de la cruz,
los mantuviste despiertos
No son insensibles, porque desde la cruz,
Jesús los llamó a ver a los hombres como a sus hijos
No parpadean porque, ante la situación del mundo,
saben que han de estar bien abiertos
No huyen, porque ante el mal tiempo,
han de ayudar a los demás a descubrir el horizonte

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