Aquí vengo Señor, con mi alma cargada de egoísmo, incomprensión, falta de
compromiso y tantos otros sentimientos más, que me apartan día a día de Ti, del
mensaje que tienes para mí.
Aquí vengo Señor, porque quiero y deseo llenarme de Ti, de Tu Palabra,
que desea estar en mí, más viva que nunca.
Y Señor, quiero dejarme modelar por Ti, ya que siento que a medida que
vas entrando en mí, mis miedos se disipan, mis angustian cesan, siento cada vez
más, Tu reflejo en mí Tu mirada confiada; y me voy acercando, poco a poco, más
a Ti.
Reflexión:
¿Eres capaz de pensar tú
en los demás? ¿Eres agradecido cuando recibes algo de alguien? O ¿exiges a los
demás que estén pendientes de ti?
En este tiempo de
cuaresma, tiempo de cambio y conversión pedimos perdón por las actitudes que
hacen que nuestro trato con los demás no sea constructivo (momento de silencio)
Damos gracias por esas
personas concretas que se acercan a nosotros durante el día y hacen que nos
sintamos bien… (Momento de silencio).
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