Cuando Jesús
acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro, el criado no
es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis
esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos
vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la
Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo
ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo
aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mí me recibe
recibe al que me ha enviado.»
Palabra del
Señor
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