miércoles, 13 de mayo de 2015

Tu corazón



Tu corazón, María, 
rebosa agradecimiento.
Tu corazón, María, 
desborda de felicidad.
Tu corazón, María, 
se siente engrandecido por la presencia de Dios
Tu corazón, María, 
ama incluso a aquellos que no te aman
¡Danos, María!
Un corazón sencillo 
para acoger a Dios
Un corazón noble 
para sincerarnos con El
Un corazón alegre 
para sembrar la ilusión
Un corazón desprendido 
para no mirarnos a nosotros mismos
Un corazón conciliador, 
para no cerrarnos a los que nos rodean
Y, si por lo que sea,
ves que nuestros corazones 
están cerrados con potentes candados:
ven a nuestro encuentro, María,
y rompe los eslabones que nos impiden ser libres.

J.Leoz

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