miércoles, 11 de marzo de 2015

¿QUIÉN ERES?



“¿Quién eres?”, preguntaron a Juan el Bautista. Juan vivía en el desierto, había optado por un estilo personal de tal austeridad que llamaba la atención. Parecía alguien profundo, alguien enviado por Dios. Predicaba la conversión del corazón y el bautismo. Sin duda era alguien especial. ¿Sería el Mesías enviado por Dios? ¿En qué medida había que seguirlo?... Para aclararse, lo mejor es preguntar: ¿quién eres? La pregunta era por el sentido de su vida, por su misión, por su tarea, por quien le sostenía,... Juan dijo: “Yo soy una voz”. Un sonido que transmite un mensaje. Yo soy un dedo que indica un camino, yo soy una señal que recomienda prepararse para quien ha de llegar. “Yo soy –respondió Juan- muy poca cosa, el importante de verdad es aquel al que yo anuncio. Parece que Juan tenía muy claro quién era y sobre todo quién era en relación a Jesús. Así se definió él.
Hoy te toca definirte a ti. ¿Quién eres tú? ¿Quién eres tú en relación a Jesús? Si deseas que este Adviento sea un tiempo en el que te prepares de verdad para el encuentro con Jesús, tendrás que descubrir qué es ahora en tu vida lo importante y en qué medida el Señor forma parte de lo esencial.


En la encrucijada de mi vida.

Señor, empiezo a caminar por mi cuenta
y tengo que elegir un camino y acertar en él.
El mundo me ofrece sus caminos, fáciles, fascinantes:
camino del dinero, de la diversión,...
Aprovechar, sacar partido, vivir,...

Frente a esto tú me ofreces otro camino,
Me invitas a seguir el camino del amor.
Amor que es entrega de la vida
que es redención del oprimido,
establecimiento de la justicia, de la fraternidad.
Amor que es sinceridad, verdad, alegría y perdón,
amistad, grupo, comunidad.
Amor que salva y da sentido a la vida.

Amor que reconoce a Dios como Padre
que reconoce a todos los hombres como hermanos.
Aquí estoy, Señor, con esta edad que tú me das,
abierto el corazón a tu llamada.
Dame valor para seguir tu camino.
 

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