En aquel
tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se
levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él
dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole: «¡Señor,
sálvanos, que nos hundimos!»
Él les dijo: «¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»Se puso
en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.Ellos se
preguntaban admirados:
«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le
obedecen!»
Palabra del Señor
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