Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero
a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a
anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle
decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció
en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos
fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció
Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad
y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto
resucitado.
Y les dijo:
«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.»
Palabra del
Señor
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