El primer
día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús
sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a
dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva
un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño:
"El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la
Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de
arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.»
Los
discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había
dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras
comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio,
diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de
gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de
la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de
la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
Palabra del Señor
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
Palabra del Señor
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