Descubrir que hay otra
manera de ser y de vivir, que hay cosas que podemos y tenemos que cambiar no lo
descubrimos si no nos lo descubren..., si no nos habla la Palabra de Dios. Hay
cosas que “no son de cajón”. Lo de Dios “no es de cajón”. Lo de Dios es de
susurro, de sensibilidad, de no vivir en superficialidad. Lo de Dios se percibe
mejor cuando se vive con el corazón. Como sólo vivas con los ojos y con el
bolsillo... no descubrirás a Dios.
Hay gente que no descubre
que necesita dar más cariño, más tiempo, más detalles, más palabra, más besos,
menos gritos... Hay gente que no se da cuenta de que existen otros que necesitan
algo más de nuestro corazón.
Nos parece que estamos bien,
y nos disculpamos o justificamos diciendo: “Es que yo soy así”
A lo mejor poco a poco te has hecho así, pero antes no eras así; en todo caso,
puedes ser de otra manera. Estás llamado, invitado a ser de otra manera, más humana,
más divina. Por delante tienes 40 días para escuchar: “Vuelve a mí
de todo corazón”. “Vuelve a mí con todo el corazón”. “Vuelve también a tu
corazón”. “Vuelve a habitarte”.
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